lunes, 2 de septiembre de 2013

MARY BARTON DE ELIZABETH GASKELL




Mary Barton
Elizabeth Gaskell
Traducción: Miguel Temprano García
Alba Editorial  2012
479 pp
30 €


Elizabeth Gaskell (1810-1865) fue una novelista inglesa que vivió en la época victoriana. Nació en Chelsea, cerca de Londres. Su padre fue pastor de la iglesia unitaria, una iglesia tolerante y progresista, lo que permitió que Gaskell pudiera tener una buena educación.

Cuando era un bebé su madre falleció y éste sería un tema recurrente en su obra, especialmente en Mary Barton. El padre volvió a casarse por lo que Elizabeth Gaskell pasó una buena parte de la infancia con su tía, en Knutsford, Cheshire. Esta población quedaría inmortalizada en la maravillosa novela Cranford (1853).

En 1832 se casó con William Gaskell, también reverendo de la iglesia unitaria y con una vida literaria reconocida. Establecieron su residencia en Manchester, cerca de la zona industrial. Esto contribuyó a que parte de su obra contenga una importante carga social: Mary Barton, Norte y Sur (1854), por ejemplo.

Como consecuencia de las obligaciones de su marido, Elizabeth Gaskell conoció de cerca la vida de los obreros de Manchester, su precaria situación económica y las consecuencias de la Revolución Industrial. En ambas novelas se puede observar lo que provocó la crisis en el sector textil: el desempleo,  el hambre, los movimientos obreros, las huelgas y las diferencias sociales entre obreros y patronos.

Elizabeth Gaskell fue una escritora de tendencias progresistas. El ambiente que la rodeaba era de intelectuales, disidentes religiosos o reformadores sociales. Alguna de las personas que frecuentaban su casa, el 84 de Plymouth Grove, (hoy en ruinas) fueron Charles Dickens y Charlotte Brontë, entre otros.

Mary Barton fue su primera novela. La publicó en 1948  de forma anónima y obtuvo un gran éxito.  En ella se narra la historia de Mary Barton,  una muchacha muy bella y  de la cual están enamorados dos hombres, Jem Wilson, obrero de una fundición y enamorado de ella desde que eran niños y Harry Carson, un joven adinerado, hijo de uno de los patronos de una empresa textil de Manchester, que se encapricha de ella.

Mary coquetea con Harry aunque no está enamorada de él. Realmente coquetea con la ilusión de vivir en la abundancia, de ser rica. Cuando Jem le declara su amor ella le desprecia pero será en ese momento en que  ella se dará cuenta de lo que siente por él.

Un crimen inesperado hará que se convierta en la heroína de esta novela.

La trama de Mary Barton gira en torno a las  revueltas sociales  como consecuencia de la Revolución Industrial,  la pérdida de seres queridos  provocada por las enfermedades derivadas del hambre, de la miseria y de la falta de recursos económicos y las diferencias irreconciliables entre los propietarios de las empresas textiles y los obreros: “Las fiebres (como ocurría a menudo en Manchester) eran tifoideas causadas por las míseras condiciones de vida, la suciedad del barrio y el desánimo del cuerpo y del espíritu. Eran virulentas, malignas y muy contagiosas”. (pág. 84).

 Elizabeth Gaskell perdió a su único hijo cuando era pequeño y, en esta obra, utiliza esta vivencia para describir escenas desgarradoras de la muerte de niños por falta de alimentación. De la misma manera que utiliza la falta de la figura materna para justificar alguna de las decisiones que toma Mary.

En el prólogo, escrito por Elizabeth Gaskell, ya nos da una idea de cuál va a ser la temática de la novela: “Siempre había tenido una gran simpatía por esos hombres angustiados, que parecían condenados a luchar toda su vida con el trabajo y la necesidad (…)”. Es un prólogo que pese a estar escrito en 1848 es muy actual: “Por ahora, mi impresión es que han dejado a los obreros en un estado en que las lamentaciones y las lágrimas se dejan de lado por inútiles, y en que los labios se aprietan para maldecir y los puños se cierran dispuestos a golpear”.

Bajo la historia de amor que nos narra en Mary Barton, Elizabeth Gaskell  hace una dura crítica sobre  la situación social en la que viven los obreros de las grandes ciudades: “La indigencia y el sufrimiento de los operarios de las fábricas llevaba a sospechar a muchos de ellos que los legisladores, los magistrados, los patronos e incluso los sacerdotes eran, en general, sus opresores y sus enemigos, y estaban confabulados para oprimirlos y explotarlos” (pág. 112).

Es muy significativa la voz del padre de Mary, John Barton. Tejedor en una empresa textil, sindicalista y, como muchos de los trabajadores de estas empresas,  se quedó sin trabajo como consecuencia de la mecanización de las fábricas y de las crisis. Recuerda mucho a Higgins, el amigo de Margaret Hale en Norte y Sur.

Tiene una clara conciencia de clase y siente  una tremenda animadversión hacia los patronos: “¿Y qué bien me han hecho para que les tenga simpatía? (…).Cuando estoy enfermo, ¿vienen a cuidarme? Cuando mi hijo yace moribundo (…), ¿acaso vienen a traerme vino o el caldo que podría salvarle la vida? Y, si me quedo varias semanas sin trabajo cuando vienen mal dadas y llega el invierno con las negras heladas y el viento de levante y no hay carbón en la estufa, ni mantas para la cama y se marcan las costillas por debajo de la ropa hecha jirones, ¿comparte conmigo el rico su abundancia como debería hacer, si su religión no fuese un camelo? (…). No, los únicos que se preocupan por los pobres son los pobres”. (pág. 23-24). Toda una declaración de intenciones.

El lector podrá darse cuenta que es una novela con una temática muy actual. El detonante de la muerte de Harry Carson no es más que la ira de unos hombres desesperados porque no tienen nada que ofrecer a sus familias y el joven rico, en la reunión entre una delegación de obreros y el patrón, hace la caricatura de uno de los sindicalistas, riéndose de su precaria fisonomía. Hace unos días pudimos ver en los medios de comunicación como unos jóvenes adinerados, delante de la Audiencia Nacional, se reían de la desesperanza de unos ciudadanos, en su mayoría pensionistas, afectados por la estafa de las acciones preferentes de una entidad bancaria. Han pasado más de ciento cincuenta años y seguimos igual.

Es muy curiosa la presentación de los capítulos de Mary Barton. Siempre los inicia con un poema, canciones o citas de la Biblia, y siempre tienen que ver con la trama del capítulo. Esta técnica también la utilizó en Norte y Sur.

He de reconocer que Elizabeth Gaskell es una de mis escritoras preferidas. He releído varios de sus libros y nunca me canso de leerlos. Es una gran escritora.  Recomiendo las series británicas de la BBC que están basadas en sus novelas: Cranford, Regreso a Cranford, Esposas e Hijas y Norte y Sur.

Realmente el lector no se sentirá defraudado con la lectura de Mary Barton, o con cualquiera de las obras de la señora Gaskell.

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